Utilizando la IA y el Big Data, es posible optimizar los flujos de trabajo en la producción de alimentos, reducir los residuos y mejorar la eficiencia de la producción. Esto favorece un sistema alimentario más sostenible y resistente y contribuye a una industria alimentaria más eficiente y rentable mediante el mantenimiento predictivo, el control de calidad, la optimización de la cadena de suministro, la optimización energética y la previsión predictiva de la demanda.